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Comprar una propiedad es una de las decisiones financieras más importantes en la vida de una persona. Y aunque tener un ingreso estable o contar con un buen crédito es importante, lo esencial es saber cuánto puedes endeudarte sin poner en riesgo tu estabilidad financiera.
Esto se conoce como capacidad de endeudamiento, y entenderla con claridad te permitirá tomar una decisión inteligente, elegir la propiedad adecuada y evitar complicaciones en el futuro.
¿Qué es la capacidad de endeudamiento?
Es el porcentaje de tus ingresos que puedes destinar al pago de deudas, sin afectar tus necesidades básicas, ahorro ni estilo de vida. En otras palabras, es el límite saludable hasta donde puedes comprometerte con pagos mensuales sin que tu economía personal o familiar se vea afectada.
Este cálculo es fundamental al momento de solicitar un crédito hipotecario, ya que tanto tú como el banco deben tener claro si puedes hacer frente al compromiso a largo plazo que representa una hipoteca.
¿Cómo se calcula?
Aunque hay muchas formas de estimarlo, existe una fórmula sencilla y ampliamente aceptada:
Capacidad de endeudamiento = (Ingreso neto mensual) x 0.30
Esto significa que no deberías destinar más del 30% de tu ingreso neto mensual al pago de deudas (incluyendo la hipoteca, tarjetas de crédito, préstamos personales, etc.).
Ejemplo práctico:
Ingreso neto mensual: $40,000 MXN
30% de $40,000 = $12,000
Esto indica que tu capacidad máxima de endeudamiento es de $12,000 pesos mensuales. Si tu crédito hipotecario implica pagos mayores a esta cantidad, puede que estés asumiendo un riesgo financiero.
¿Qué factores debes considerar además del ingreso?
Aunque la fórmula del 30% es útil como punto de partida, también es importante considerar otros aspectos:
Otros compromisos financieros
¿Tienes deudas actuales? ¿Pagos fijos de tarjeta, colegiaturas, autos? Resta esos compromisos antes de definir cuánto puedes destinar a una hipoteca.
Gastos mensuales
Haz una lista detallada de tus gastos recurrentes: alimentación, transporte, servicios, entretenimiento, seguros, ahorro. Si ya estás al límite, agregar una hipoteca puede ser insostenible.
Estabilidad laboral
Un ingreso alto no siempre es sinónimo de seguridad si tu empleo no es estable o si trabajas por honorarios. Evalúa tu panorama a mediano plazo antes de comprometerte.
Plazo y tasa de interés
Una hipoteca a 20 o 25 años puede parecer accesible por su mensualidad baja, pero genera más intereses. Un plazo más corto implica pagos más altos, pero menos intereses a largo plazo. Compara opciones y ajusta el crédito a tu realidad.

¿Qué recomiendan los expertos?
Además de no rebasar el 30% de tus ingresos, los asesores financieros recomiendan:
Tener un fondo de emergencia de al menos 3 a 6 meses de gastos antes de comprometerte con un crédito.
Comparar diferentes instituciones financieras, ya que tasas y condiciones pueden variar notablemente.
No asumir el máximo que el banco te ofrece. A veces puedes ser aprobado para un crédito más alto del que en realidad puedes pagar sin apuros.
Incluir en tu presupuesto los gastos adicionales de la compra, como el enganche, escrituración, avalúo, seguros, y gastos de mantenimiento.
Errores comunes al calcular tu capacidad de endeudamiento
Confiarte del preaprobado del banco: El hecho de que te lo ofrezcan no significa que sea saludable para ti.
No considerar imprevistos: Enfermedades, pérdida de empleo, emergencias familiares… siempre pueden ocurrir.
No sumar todas tus deudas actuales: Muchas personas omiten pagos pequeños que, en conjunto, afectan tu capacidad real.
Conocer tu capacidad de endeudamiento te permite comprar con inteligencia, sin comprometer tu tranquilidad financiera. No se trata solo de que te alcance hoy, sino de que puedas sostener ese compromiso por muchos años sin dejar de vivir bien.
Antes de tomar una decisión, haz números, consulta con expertos y asegúrate de que la compra de tu propiedad sea un paso firme, no un salto al vacío.
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